Pureza Abstracta: una cocina concebida como una escultura funcional, donde cada línea es una declaración de intenciones, y cada superficie respira serenidad.
El nombre no es casual. Pureza por sus formas sobrias, rectas, esenciales. Esas líneas y rayas puras. Abstracta porque el espíritu creativo de su propietaria y los cuadros contemporáneos que impregnan al resto del hogar de caracter.
El mobiliario, en laminado de alta presión color cachemir, se despliega en un acabado mate seda que acaricia la vista y el tacto. La ausencia de tiradores, sustituidos por un sistema gola en elegante cobre, refuerza esa sensación de continuidad, de fluidez sin interrupciones.
Los muebles bajos, con zócalo de 10 cm, elevan su presencia hasta los 80 cm de altura, ofreciendo proporción perfecta y funcionalidad. Sobre ellos, colgantes de gran capacidad (90 cm de alto) que abrazan el espacio con ligereza visual y almacenamiento inteligente. Al fondo, una serie de columnas que alcanzan los 235 cm, donde cada módulo cumple una función y un propósito: columna ropero, baldas decorativas, frigorífico integrado, espacio para el lavavajillas, gavetas generosas y soluciones ocultas, tan prácticas como bellas.
En esta cocina, lo cotidiano se convierte en arte: cada herraje BLUM con freno, cada cubertero… todo está pensado para durar, para fluir, para acompañar. La iluminación LED bajo los colgantes añade un efecto escénico que transforma el ambiente según el momento del día.
La encimera (y también el frente de aguas ) está revestida en LAMINAM modelo Oro del Jerte, de apenas 1,2 cm de grosor. Su veteado recuerda al trazo de un pincel sobre lienzo, y su acabado porcelánico convierte la superficie en poesía resistente al paso del tiempo.
El equipamiento se ha integrado con respeto por la estética: horno con función vapor, campana extractora de techo que desaparece en el aire, placa de inducción blanca como un lienzo en calma. Microondas, lavavajillas y frigorífico se funden con la composición como notas precisas de una sinfonía visual.
El fregadero, bajo encimera en blanco absoluto, se acompaña de una grifería en cobre extraíble, como un guiño sutil a la gola que da unidad al conjunto. Un selector de residuos XL se suma como broche de sostenibilidad discreta.
Pureza Abstracta ese esa cocina donde lo sereno se destila en esencial, una reforma hecha con precisión quirurjica manteniendo su esencia sin renunciar.