Proyectos reales

Notas de Bohemia: Una cocina abierta con isla en Valladolid

En pleno casco histórico de Valladolid, en un edificio de 1907, encontramos una vivienda que ha recuperado su esencia tras una reforma integral. De pasillos oscuros y estancias compartimentadas, pasó a convertirse en un espacio diáfano donde la luz natural baña cada rincón. Y en el centro de esta transformación, destaca una cocina abierta que responde al nombre de Notas de Bohemia y que firma nuestra Project Manager Irene Casales. 

El nombre no es casual. En este diseño hemos querido rendir homenaje a dos grandes pasiones de los propietarios: la música y el vino. Notas musicales que llenan la casa de melodías, y notas aromáticas que se descubren al descorchar una buena botella. Esta cocina es, ante todo, un espacio para compartir, cocinar y disfrutar en compañía.

Una distribución en L con isla protagonista

La cocina se articula mediante una distribución en L acompañada de una gran isla central de 3,3 x 1,2 metros. Las dimensiones generosas permiten que varios comensales participen en la preparación de los platos o simplemente acompañen con una copa en la mano mientras se cocina.

El primer frente de la L arranca con un desayunador que integra un detalle especialmente interesante: la cafetera queda oculta en el interior del mueble, manteniendo la superficie despejada. La balda del desayunador, aportada por los propios propietarios, es de madera maciza y conecta visualmente con los pilares de madera que estructuran el salón. Un ejemplo perfecto de cómo integrar elementos con valor emocional en el diseño.

Sobre el desayunador, un armario dedicado exclusivamente a tazas y accesorios para el café. Debajo, dos gavetas de 120 cm que amplían el almacenaje. A ambos lados, de forma simétrica, dos columnas de 50 cm: una destinada a despensa y otra equipada con pequeños electrodomésticos de libre instalación.

Dos zonas de cocción: versatilidad al servicio del sabor

Una de las características más singulares de esta cocina es que cuenta con dos áreas de cocinado diferenciadas. La primera se encuentra en el frente de trabajo, donde se ha instalado una encimera de gas de 60 cm. Aunque la inducción domina en las cocinas contemporáneas, el gas aporta un toque más tradicional y permite realizar técnicas culinarias específicas que resultan imposibles con otras tecnologías. Para ello, se ha reservado un espacio en el armario inferior para alojar la bombona de butano, ya que el edificio no dispone de gas natural.

Junto a los fogones de gas encontramos una plancha Teppan Yaki, una superficie metálica plana diseñada para cocinar directamente sobre ella. Verduras, carnes o pescados se saltean a alta temperatura, logrando ese punto marcado característico de la cocina japonesa sin necesidad de sartenes. Rápida, limpia y sorprendentemente versátil.

Para el chapado de esta zona se optó por un espejo con efecto envejecido, que refuerza el carácter histórico del edificio y potencia la sensación de amplitud. Las tiras LED bajo los muebles altos completan la iluminación, eliminando sombras molestas durante la preparación de alimentos.

El fregadero se ha instalado bajo encimera, creando una superficie continua y facilitando la limpieza. Aunque su instalación es más compleja, el resultado visual compensa con creces el esfuerzo.

En la columna lateral se ha integrado un horno de 90 cm, nada habitual en cocinas domésticas. Los propietarios valoraron inicialmente instalar dos hornos de 60 cm, pero finalmente se decantaron por uno de gran formato que permite cocinar para numerosos invitados sin quedarse corto. Justo detrás de dos puertas de 60 cm se ocultan el frigorífico y el congelador, ambos de 320 litros de capacidad, integrados completamente en el mobiliario.

La isla: diseñada para socializar

La isla es, sin discusión, el elemento central del diseño. Además de su imponente tamaño, incorpora la segunda zona de cocción: una placa de inducción con extracción integrada. Esta solución evita tener que realizar obra en el techo para instalar una campana tradicional, algo especialmente relevante en un edificio histórico donde los techos son más altos de lo habitual y habrían requerido bajarse hasta los 2,60 metros para garantizar el correcto funcionamiento de la extracción.

La isla también cuenta con un volado de 45 cm donde colocar taburetes, perfecto para que los invitados acompañen a quien cocina o para comidas informales. En su interior se ha instalado una vinoteca con capacidad para 50 botellas y dos vitrinas decorativas con cristal ahumado e iluminación LED integrada, ideales para exhibir las copas más especiales.

Materiales que cuentan historias

El suelo porcelánico merece mención aparte. Originalmente, la vivienda contaba con tarima de madera maciza, pero la instalación de suelo radiante y refrescante por aerotermia aconsejó cambiar a porcelánico. Los propietarios se inspiraron en los suelos tradicionales del Mediterráneo, buscando esa calidez que recuerda a los viajes por el sur de Europa. El mismo porcelánico se utiliza en el volado de la isla, generando continuidad visual entre suelo y revestimientos.

Pero si hay un material que define esta cocina, ese es la encimera Laminam Fokos Grafite del frente lineal y el desayunador, combinada con la Ceratop by Cupastone Nero Saint Laurent en la isla. La elección de porcelánico en ambas zonas no es casual: se trata de un material extremadamente resistente, higiénico y que no requiere mantenimiento especial. La encimera de la isla incluye cascadas laterales ingletadas que refuerzan su presencia escultórica en el espacio.

Un mobiliario elegante y discreto

Para el mobiliario se eligió laminado en color antracita con acabado seda, un tono oscuro que aporta elegancia sin resultar frío. El tirador integrado en gola mantiene las líneas limpias y facilita la apertura. Los cascos de 19 mm y los frentes en base DM de alta presión garantizan durabilidad y resistencia al uso diario.

La altura total de los muebles alcanza los 2,35 metros, con muebles bajos de 80 cm sobre un zócalo de 10 cm. Esta configuración aprovecha al máximo la altura del espacio sin resultar abrumadora.

Detalles que marcan la diferencia

Los pequeños detalles son los que terminan de dar personalidad a esta cocina. La campana integrada Elica en el frente de gas se mimetiza con el mobiliario, mientras que la placa con extracción integrada Elica Nikolatesla en la isla permite cocinar sin obstáculos visuales. Los electrodomésticos Balay integrados (lavavajillas, frigorífico, congelador, microondas y horno) desaparecen tras las puertas del mobiliario, manteniendo la estética limpia y ordenada.

El ladrillo visto que quedó al descubierto durante la reforma se conservó como elemento decorativo, estableciendo un diálogo entre el pasado industrial del edificio y el presente contemporáneo de la vivienda.

Un espacio para compartir

Notas de Bohemia es mucho más que una cocina abierta. Es un espacio concebido para reunir a amigos y familia, donde se cocina mientras se charla, donde una buena botella de vino acompaña la preparación de los platos y donde la música ambienta las veladas. Un proyecto que demuestra cómo una reforma integral puede transformar un edificio histórico en un hogar contemporáneo sin renunciar a su esencia.

Si quieres conocer más detalles de esta cocina, no te pierdas el video del proyecto en nuestro canal de youtube.