Últimamente estamos presentando proyectos que han supuesto verdaderos retos para nuestros diseñadores. En esta ocasión nos encontramos con una cocina muy estrecha, de 1,75 metros de ancho, desde la parte más profunda, y 1,25m cuando topamos con la columna. En definitiva, una cocina con un grueso pilar que prácticamente divide el espacio, estrecha y alargada. Había que transformar la estancia en un espacio cómodo, funcional y con almacenaje.
El detalle de la cocina es la barra de desayuno. En un entorno tan estrecho resulta muy cómodo poder crear este espacio para desayunar, comer o incluso cenar. Hacer vida en una cocina de estas características, que a principio parece imposible. La barra, de madera y en color papaya, rompe con la estética de la cocina, contrastando con el blanco del mueble y dándole un toque más especial. Junto a la barra hemos aprovechado un pequeño hueco para colocar un mueble de sesenta.
La cocina ha sido un reto, pero el resultado ha sido excelente: es bonita, práctica y muy cómoda. No tiene las mismas facilidades en el diseño que una cocina grande, pero tiene las mismas prestaciones. Los clientes pueden disfrutar de espacio de almacenaje, espacio de trabajo y un pequeño rincón donde comer y compartir momentos. Espero que os haya gustado, cocineros, y nos vemos el miércoles que viene con otro proyecto.